viernes, 13 de febrero de 2009

Poesía, me quedo contigo

Descompones la delicadeza,
haces girones de estepas,
me nutres de falsos modos,
me segregas, me matas,
me envenenas, me malcrías,
me encierras en tus facetas.

No me gustan tus listones
de modelos sin valores,
de recursos materiales
sin ideales, sin sueños,
sin flores naturales,
sin amores puros, sin versos,
sin miradas sencillas.
Te detesto tanto, tanto...

Quiero ser de la alborada,
de los jardines de besos,
de los besos de azucenas,
de colores, de letras,
de bocados de sonrisas.
Quiero la dulce brisa,
las luciérnagas, los soles,
girasoles, primaveras...

Ya está bien de falsa esfera,
para el tiempo de los roles,
de vulgares tentaciones,
para el tiempo del cínico,
del tirano político,
de la triste hipocresía
que nos vende por nada
y de nada nos lucra.
¡Que brutal ironía!

Que me cuenten otra,
que ésta no me la creo,
dejar que rime sin arte
y que artesane sin rima,
dejar mis manos al aire,
ya veré cómo modelo,
si hace falta anulo mi cuerpo,
¿qué es al fin y al cabo?
otro cuento de modas,
que si flacas, que si gordas,
¿Cuentos o pesadillas?

Tú cómete tu consumo,
deja en paz a mis versos,
en este país de destrozos
yo ya aprendí la cultura,
te toreo, pon los cuernos a otro,
ya está bien de tus engaños,
con discursitos baratos,
ya está bien, dejad que viva
entre mi mundo de niña
del que nunca debí salir,
pues menudo porvenir.
Permíteme que me ría...

Voy a bañarme en poemas,
los míos, los de los míos,
lo de quien quieras,
pero bañarme en la sangre
que es lo único que queda
antes de envenenarse,
y hasta el veneno que tenga
si cae en verso, es entrega
y la entrega siempre es buena.
Me quedo contigo, poesía,
aquí me quedo y que este mundo,
que ya no nos quiere,
que se pierda en sus maneras.


Clara Ortega

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