sábado, 7 de febrero de 2009

Caminan

Caminan...

Todos caminan sin sombra,
sin vida,
sin alma,
sin ojos.
Marionetas del destino.

Caminan...

¡Qué pena que no lo entiendas!
No, yo no soy de la multitud,
siento decirte que no, tú tampoco,
pero aún caminas con ellos.
No importa, al menos me ves
y eso ya es un todo.

Camináis...

¿Te habías fijado?
Lleváis el rostro perplejo
y el nudo de la corbata bien hecho.
Menuda sorpresa, sabéis sonreir.
Sí, no creas, a mí me gusta,
me gusta contagiarme.

Caminan...

Camino a lo lejos pensativa
y llevo las botas roídas
de tanto canto que me van dejando,
pero tú te has parado a cuidar mis pies
y eso, eso es el paraíso,
y así, nos realizamos.

Caminan...

Ven, deja que lo hagan
y quédate conmigo,
nosotros descansaremos.
Seguiremos otro camino.
¿Ves aquel árbol a lo lejos?
Allí iremos a pasar la tarde,
y la noche, y la vida.
Sí, no me mires así, no estoy loca,
tan sólo he nacido aparte.

Caminan...

Tranquilo, deja que se marchen...

Quédate conmigo.


Clara Ortega

No hay comentarios:

Publicar un comentario