martes, 16 de febrero de 2010

Donde ha marchado tu luna,
dónde se encuentra mi alma,
lejos muy lejos, desaparece sin dejar rastro,
celos, impulsos...

Si encuentras el nombre
de mi poesía...

Devuélvemelo.

martes, 28 de julio de 2009

Nuestros cinco pilares

Mis dedos entre tus dedos,
susurros rotos
y
un siempre será.

Arrima el hombro a mi cuello
y sabrás, querido,
que la risa sigue roja
y mis manos
siguen siendo tus manos
y que el aire
sigue oliendo a almas.

Revísame de nuevo
si lo crees necesario
porque hallarás tu esencia.

No perfumes los malos olores
cuando nos saben agridulces.

Y muere, por último, en mí,
com siempre ha sido
y como siempre es.

Clara Ortega

sábado, 25 de abril de 2009

Verso atómico

Nieve cernida en rayo de sol,
perpleja caricia de hielo en caloría,
diluyes esferas infestadas
con la esfinge en calma.

Mi mano te toca...
mística, lorquiana, párbula.

¡Escúrrete!, ¡impacta!, mójalo todo
con la lengua estremecida en jugos,
liba en mi garganta, exprime tu agua santa
que se enciende como antorcha en el olvido.

¡Corre!, ¡atormenta!, ¡pacifica!, ¡inquieta!,
profanamente aurora boreal.

Mi mano, ¡violenta!
Liviana, descolorida para beber de tu boca.
Química rosa, protón y molécula,
simulando la alquimia de dos nombres...
Amonio de amar.

Ibérico lamento en la tarde,
ensalmo de afecto me acusa contigo
sabiéndote de nadie tras mi pecho,
profuso ludir contengo en tu piel,
cual rima asonante de atómico verso.


Parix y Clara

lunes, 20 de abril de 2009

Destierro de dos almas sin dueño

El paraíso no se cierra
tan fácilmente y es aquí,
en este espacio condonado
que se ha extirpado del aire,
y por la vida que se entrega
austera y sin lujos
sobre el pasto ahora quemado,
es aquí dónde habitamos
entre un dulce sueño gris
y una grieta abierta
sin cautela…
Y cruzamos el umbral de la puerta,
entornándose entre el cuerpo
de dos humanos
con indivisibles sensaciones,
donde se solapan, en una,
claras visiones y destellos.
En este engranaje del mundo
el amor no queda ajeno
y llora al mismo son,
nace, abraza, vibra, siente;
vuelve a llorar y…
toca piel que da vida,
y muerte…
y cruel veneno.
En ese instante,
los amantes serenos,
arrítmicos compañeros de viaje,
dueños de la forma, pulso y verso
se hacen del beso sobre la arena
y juntos dan forma, sobre
las manos más ausentes,
al pergamino y al testimonio
que, nunca plagiado, queda
de su pasión que desangra,
sin despegarse del alma,
su condición de destierro.

Parix y Clara

domingo, 5 de abril de 2009

Mi sepultura

Una luna enfadada se viste negra,
como los llantos de mi boca
y la cristalina luz de mis ojos
sin cara.
Ahora iré a ver tus palabras,
la mágica envoltura de tu pecho
bie hecho y bien trecho,
sin saberme de otro ni en la cama,
que por pieles somos lobos
y por almas...
por el alma soy tu esclava
y no creas que no soy libre,
pues quisiera ser del viento
y volar hasta tus brazos,
pero la libertad de amarte
me hace tu eterna esclava.
Y no me hables de morirnos
porque yo muero
cada día
en tu palabra,
en la boca que suspiro,
en la cara almidonada,
en los ojos donde brillo,
en las manos grandes, sabias,
en el alma dolorida
donde reflejo mi alma,
en los ratos que te anhelo
sin sonrojarme por nada,
muero de día y de noche
y en mi oscura sepultura
nacen flores destintadas
que me recuerdan que vivo
en la luz de tu mirada.

martes, 31 de marzo de 2009

El sueño, el barquito y el caramelo

Del camino de dos o de uno,
llamémosle paralelo,
y ambos tumbados,
cuando no corriendo hasta el valle,
quizá pensaste que había cerrado los ojos.

Laberinto de ideas jugando
en tu pecho y mi libertad
y entre cabellos y caras demacradas,
pero eso sí, amándote en sueños,
sólo en sueños, no lo dudes,
no lo haces, lo sé,
mejor he de callarme.

Pero es que adoro cuando me lames,
cuando eternizas los ratos
y los de vez en cuando
que cuesta tanto desperezar...

¿Nos quedamos con un quizá?
Quizá sobreviva
y llueva gotas de sonrisa
mientras hacemos el amor
en alguna cornisa
o en la punta de algún alfiler...
No sé, ¿tú que crees?

Beber, beber, beber,
que las copas no se agoten,
que emborrachame de ti
sea el inicio de un crucero
por el mar de la fe,
que no, que la fe no se pierde,
ahí estaré pues.

Tus versos, los míos,
barquitos de papel a la deriva
y ambos subidos en ellos
viendo como las almas fllotan.

Vamos sonríe,
que no es para tanto,
antes te quería,
después, amar en sueños,
¿y ahora en versos?

No creo que haya queja,
sonríe, vamos,
que a ratos nos tenemos
a punto de caramelo
y nos embadurnamos rico,
muy ricos tus besos
muy ricos nuestros silencios,
rica nuestra locura
y rica el alma que se la come.

¿Vendrás la próxima madrugada?
Al menos yo estaré
metida en la misma caja
esperando tus buitres
para que vuelvan a devorarme.

Rico, muy rico.

viernes, 27 de marzo de 2009

De lo nuevo y de lo que siempre será





Hoy despierta un nuevo día,


sin ser tan distinto a otros, pero siendo un mañana,


con nuevas voces y nuevos sentimientos,


con cielos azules diferentes,


con otros cantares y quejidos,


distinto, todo nuevo


ante mis ojos de luciérnaga virgen.




Y te encuentro postrado a mis pies,


los que ensucias para poder lavar


una y otra vez,


como la historia que nunca deja de repetirse


mientras todo sigue girando


para dar al mundo un nuevo enfoque de las cosas.




Y entonces yo me pregunto


si en mí cambia algo, o todo sigue


pausadamente igual,


si mis manos escriben los mismos versos


o si sufren algunos cambios


al escuchar los nuevos quejidos


en mis oídos y al ver


las nuevas luces que a veces veo porque no hay más remedio...




No sé qué contestarme a estas cosas,


pero tú sigues girando alrededor de mi esfera


cambiando mi letra y mi corazón de lugar.




Por eso, hoy, con estas nuevas voces,


con los nuevos rayos


y las nuevas caligrafías de sentimientos dispares,


te entrego mi poesía


para que la riegues cada día


y la conserves en el jardín del alma,


que no es necesario explicarte dónde se encuentra,


porque eso sigue siendo igual que siempre.




Y algún día, regresaré con una nueva frase


que matice los significados,


te daré rimas nuevas


y las envolveré de besos papel pinocho


con un enorme lazo de uniones vitales


y una pegatina que diga:


Siempre te he querido,


¿algún dia lo dudaste?




Así, regresarás con nuevos chocolates


y nuevas letras disparatadas,


y yo te abrazaré enfundada en un nuevo traje,


con un nuevo aroma y una sonrisa,


en la que al mirarme,


no tengas ninguna duda


de lo que siempre significaste.