sábado, 24 de enero de 2009

Nuestro Averno



Parix Cruzado
Clara Ortega


Asoma, asómate, baja más.
Allí estás, cómo había imaginado,
de píe esperaba, ahora me tienes…
sentado en la roca del abismo más caro.
¿Qué dirás?, ¡no lo menciones!
veo en tus ojos, dos espadas en pecado,
¡ah! , ¡que fijación!

Dame tus brazos que me arañen sin manos,
huyes de la fricción,
sí pues, quiero quedarme aquí contigo pensando,
dame línea, hablemos, dime.

Daremos la vuelta a nuestra cabeza de ensayo,
lánzame el rollo, luego yo me explayo,
pensaremos con el pelo que nos envuelve el cráneo,
superficialito no más, y coludiendo engaño,
reiremos sin garganta, carcajadas de tiranos,
sí, con el aliento picaril y tunerías del daño,
¿qué se creen los felices?, nuestro averno no es tan malo,
para nada, a este báratro lo entraño.

Nos jugaremos al póker los valores que profanamos
y olvidaremos los dolores de nuestros años
lloraremos vinagre, o el aceite que ha sobrado,
lo beberemos mujer, ven, siéntate, dame tu mano,
pues bien, el infierno no es tan duro si estás conmigo, hermano.

Por: Parix Cruzado y Clara Ortega

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