Un suspiro deformado
se hace mella en la mañana,
oraciones maldecidas
y una insignia meridiana.
Se oscurecen los anhelos,
se desahogan las ganas,
se convierten en lamentos
laminados en mi alma.
Recelos y sufrimientos
encorvados en ventaja,
uno muere, dos renacen,
hinca el diente la mirada.
Por los campos solitarios
de la vergüenza esperada
vaga el llanto desalado
con toquilla y las enaguas.
¡Que se calle esa mendiga
que me está estriando el alba!
¡Que me consuelen el miedo
o morirá esta mañana!
Vaga el mar de mi coraje,
va muriendo la esperanza,
duele la sangre, me duele,
un lamento en desventaja...
Clara Ortega
se hace mella en la mañana,
oraciones maldecidas
y una insignia meridiana.
Se oscurecen los anhelos,
se desahogan las ganas,
se convierten en lamentos
laminados en mi alma.
Recelos y sufrimientos
encorvados en ventaja,
uno muere, dos renacen,
hinca el diente la mirada.
Por los campos solitarios
de la vergüenza esperada
vaga el llanto desalado
con toquilla y las enaguas.
¡Que se calle esa mendiga
que me está estriando el alba!
¡Que me consuelen el miedo
o morirá esta mañana!
Vaga el mar de mi coraje,
va muriendo la esperanza,
duele la sangre, me duele,
un lamento en desventaja...
Clara Ortega